Si estás pensando en realizar una pequeña reforma en tu hogar o negocio para darle un toque más moderno y nuevo, posiblemente tengas en mente pintar puertas y muebles. Muchos clientes tienen dudas a la hora de la restauración, ya que no saben si decantarse por el lacado o la pintura.
En Barnizados La Mina te hablamos en el artículo de hoy de las diferencias entre las técnicas de lacado y pintura para que finalmente saques tus propias conclusiones y puedas decidirte por una de ellas. Además, te recomendamos que leas en nuestra página web cómo dar una nueva imagen a tus muebles de manera económica.
Son muchas las personas que emplean los términos “lacar” y “pintar” como si se trataran de lo mismo. Pues lo cierto es que estas dos técnicas tienen claras diferencias con respecto a su dureza, envejecimiento, textura de acabado y el precio.
A pesar de que son dos cosas parecidas, la técnica y los resultados son diferentes. Cuando hablamos de lacar, nos referimos a aplicar una laca o esmalte, normalmente en varias capas, con el objetivo de conseguir un acabado de lámina lisa y suave, como un mueble totalmente nuevo, recién comprado.
El proceso de pintar un mueble o una puerta es similar, pero con pintura en lugar de esmalte. No se pretende tener un resultado perfecto.
La revolución del lacado de muebles
Hace un tiempo, el lacado de muebles y puertas era un proceso complejo y tedioso, además de sucio e incluso tóxico. Esto último se debe a que la composición de los esmaltes hacía necesario el uso de diluyentes como el aguarrás para poder limpiar las herramientas.
Antes, todos los esmaltes eran sintéticos, tenían una base de aceite. Esto conlleva grandes inconvenientes si no eres un profesional en el mundo de los lacados. En la actualidad, estos esmaltes oleosos continúan existiendo, pero se aplican en casos muy concretos, como en metal expuesto al aire libre. También se emplea para obtener acabados profesionales, como cerramientos de aluminio.
Hoy en día, con la llegada de los esmaltes acrílicos se han resuelto muchos problemas. Este material presenta muchas ventajas, la más destacada es que se disuelve en el agua, lo que facilita la limpieza y la eliminación de manchas.
Los esmaltes acrílicos se pueden lavar con un simple trapo o bayeta húmeda, eliminando todo el polvo y/o suciedad que pudiera haber. Podemos encontrar diferentes tipos de acabados, por ejemplo: brillo, satinado o mate.
Lacar puertas o muebles
Como hemos mencionado ya en este artículo, el lacado es una técnica muy elaborada que requiere una serie de conocimientos superiores sobre los materiales necesarios, los tiempos de secado y las técnicas de aplicación y trabajo. Es por eso que, si te estás planteando lacar parte de tu mobiliario, lo mejor es que contrates a un profesional.
La técnica del lacado consiste en la aplicación de laca mediante pulverización a pistola sobre una base, otorgando el tono y el acabado solicitado por el cliente. Para obtener los resultados deseados, se deben realizar una serie de pasos previos a aplicar la técnica de lacado.
Antes de lacar, será necesario lijar el mueble o la puerta en varios pasos y aplicar los productos de imprimación necesarios para que la madera quede totalmente lisa y sin imperfecciones. Una vez que se ha llevado a cabo ese proceso, se puede procedes al lacado de la superficie con pistola del color elegido.
Gracias a la velocidad de secado que tiene esta técnica, impide que partículas de polvo se adhieran, dando lugar a un resultado sin impurezas. Si te decantas por lacar tus muebles en lugar de pintarlos, durará muchos más años y aguantará mejor el roce y frotado. Además, la pérdida de color no se verá alterada, algo que sí ocurre cuando pintamos una superficie. Otra ventaja de lacar tus muebles es que puedes elegir el nivel de brillo a tu gusto.
Pintar puertas o muebles
Es cierto que el lacado es un proceso con un coste un poco más elevado. Si no quieres gastarte más de lo indispensable, tienes otras dos alternativas: realizar un semilacado o pintarlo.
Para pintar una puerta o un mueble también se debería contratar a un pintor, ya que necesitarás a un profesional para que realice un proceso de lijado y la imprimación. Existen diferentes técnicas de pintado: a brocha, a rodillo o a pistola. No obstante, el acabado no será tan perfecto como el lacado.
Aunque hoy en día existen pinturas de calidad y durabilidad, la textura siempre quedará más rugosa y carecerá de brillo. Además, con el paso del tiempo se irá deteriorando.
Si quieres aprender más sobre muebles, te recomendamos que visites nuestro blog, donde encontrarás contenido muy variado e interesante: consejos, curiosidades, vídeos de nuestros servicios y mucho más.
En Barnizados La Mina te hacemos un presupuesto a tu medida, adaptado a tus necesidades y exigencias. Para recibir más información, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de atenderte.
